Aunque en muchas ocasiones usemos como sinónimos enseñanza y formación, éstos no lo son. Básicamente, la Enseñanza se centra en favorecer la construcción de conocimientos de tipo informativo y formativo a los alumnos.

Por el contrario, el Aprendizaje es aquel proceso por el cual el alumno adquiere dichos conocimientos, habilidades, actitudes o valores para poder aplicarlos en un contexto determinando.

Además, según Kolb, existen diferentes estilos de aprendizaje que se aplican según las necesidades de nuestros estudiantes:

ESTILO ACTIVO: En el estilo de aprendizaje activo intentamos resolver problemas o intentar cosas nuevas. La intención es fomentar la proactividad del alumno realizando presentaciones e interviniendo activamente, representan roles y viven situaciones de interés.

ESTILO REFLEXIVO: En el estilo reflexivo tratamos de reflexionar sobre las actividades, analizan para llegar al fondo de la cuestión y a realizar análisis detallados.

ESTILO TEÓRICO: Todo se presenta de forma más estructurada y con una finalidad más clara. Inscriben los datos en un sistema o teoría y participan en sesiones de preguntas y respuestas.

ESTILO PRAGMÁTICO: aplicamos lo aprendido experimentando sobre lo ocurrido y conocemos las técnicas para hacer las cosas con ventajas prácticas. Un modelo para poder emular.

Este modelo ha sido ampliamente criticado por aquellos que defienden que existe muy poca evidencia que respalde la existencia de estos estilos. Una revisión de este modelo realizada a gran escala concluyó que no existía suficiente investigación ni evidencia empírica que respalde la existencia de estos estilos.

Asimismo, sus detractores insisten en que Kolb no tuvo en cuenta cómo la cultura y el contexto moldean el proceso de aprendizaje.

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